Hice una pausa cuando experimenté niveles de estrés elevados. He examinado mi cuerpo en busca de las sensaciones relacionadas con el estrés. Llevé mi conciencia a la respiración. Mientras consideraba todo lo que estaba sucediendo en mi vida, me fijaba en el momento de la respiración, una práctica en la que confío para controlar la presión arterial y, a veces, mantener la cordura.
Una mañana reciente, el suelo bajo mis pies se movió. Estaba leyendo un libro de Zeng Shi-Qiang, un destacado erudito del pensamiento y la sabiduría cultural china? Mientras leía, encontré una frase de cuatro caracteres, 静观其变.
Me detuve y contemplé el significado de cada carácter para descubrir un significado más profundo. Desglosé la frase, empezando por el primer carácter, 静 silencio; el segundo, 观 observar; el tercero, 其 ello; y el cuarto, 变 cambiar. Una oleada de comprensión se apoderó de mi ser cuando el significado de la frase iluminó mi mente y me di cuenta de lo directamente que estos cuatro caracteres se referían a mi situación actual.
Traducido al español, los cuatro caracteres significan: “En silencio, observa el cambio”. Mi mente se inundó con varios pensamientos e imágenes de más caracteres chinos mientras la claridad me envolvía. Me quedé asombrado ante la sabiduría universal y la precisa vaguedad de la lengua china, ya que los caracteres creaban un significado que apuntaba a mi realidad en ese momento.
Me senté a contemplar la frase “En silencio, observa el cambio”, ya que me aconsejaba estar tranquilo y observar los acontecimientos de mi vida.
Matices del cambio
El cambio no es un concepto profundamente arraigado en la lengua inglesa ni adoptado por la cultura estadounidense. Lo que entendemos como cambio está, muchas veces, alejado de la realidad. El cambio es algo contra lo que nos hemos condicionado a luchar y combatir, algo que sentimos la necesidad de controlar. El cambio incontrolable se convierte en algo que vemos en los cambios de clima, las vacilaciones de las mentes, pero la realidad del cambio es mucho más profunda.
Quizás hayas oído hablar del Libro de las Mutaciones, también conocido como el I Ching, o más correctamente, el Yi Jing. El Yi Jing es uno de los primeros clásicos chinos. Se basa en los conceptos de cambio observados en la naturaleza por los antepasados chinos, fundadores de la primera cultura china. De hecho, el Yi Jing es fundamental para el pensamiento, la cultura y la visión del mundo chinos. Antes de que crearan el sistema de escritura chino, el Yi Jing ya existía. La leyenda cuenta que Fu Xi (pr. fu shii), el legendario primer emperador chino, fue el pensador al que se atribuye la fundación del pensamiento cultural chino, las prácticas agrícolas y el sistema de escritura chino, entre otros.
Se dice que Fu Xi estudió meticulosamente las cuatro direcciones. Al hacerlo, observó los efectos y las interacciones que se producían, interacciones que, manteniendo ciertas condiciones, inducían al cambio. Fu Xi también notó la influencia de las energías que armonizan los opuestos Yin-Yang, como la noche y el día, el frío y el calor, la luna y el sol. Esta conciencia es lo que entendemos como Yin Yang. El Yin, la energía femenina, y el Yang, la energía masculina, son las ondulaciones y el equilibrio de las diferentes energías. Se trata de una armonía universal creada a partir de energías opuestas no agresivas. Estas energías no están en sintonía con los deseos o las expectativas humanas, por lo tanto, cuando podemos adaptarnos a estos altibajos de la vida, surge una sensación de armonía. Podemos percibir la sabiduría universal a pesar de los resultados.
Cuando observamos y comprendemos cómo las energías opuestas no agresivas interactúan y logran el equilibrio, somos más capaces de entender las fuerzas que trabajan a favor o en contra de nosotros en la vida. La percepción y la conciencia de estas energías son innatas y residen en nuestros corazones y mentes. Sólo tenemos que estar abiertos a ello.
Aceptación del cambio
Desde el momento en que nos levantamos, cada día, tomamos una decisión subconsciente de aceptar o resistir el cambio que llega a nuestras vidas. El resultado es la frustración o la satisfacción. Las decisiones que tomamos, las direcciones en las que nos movemos, marcan el tono de lo que surge sobre la progresión que creamos en nuestras mentes y cómo se desarrolla el día.
Para mí, la clave de la aceptación pasa por la conciencia de mis pensamientos y la habilidad de la observación. Especialmente después de un resultado negativo o una experiencia frustrante, reflexiono para descubrir en qué podría cambiar algo para esquivar los resultados no deseados. Como dijo Zeng Zi, alumno de Confucio, 吾日三省吾身 “Contemplo mis pensamientos y acciones a lo largo del día”.
Cuando observamos el cambio en silencio, reconocemos cómo trabajar mejor con el cambio. Incluso cuando el resultado no es el que deseamos, podemos mantener un estado mental armonioso y equilibrado. Fomentar la satisfacción, el punto neutro entre la felicidad y la ira, está al alcance de nuestro control a medida que ajustamos nuestras energías internas.
En todas las cosas, el cambio es el resultado lógico
Un fenómeno central en el Yi Jing se escucha en la expresión 物极必反-Cuando alcanza su cúspide, debe dar la vuelta. Esto nos lleva a observar el cambio como un proceso en el que una energía llega a su extremo, y luego cambia a la energía contraria. Considero que esto es el agotamiento o quema de una energía que da paso a la opuesta.
Cuando no gestionamos las energías, éstas pueden llegar al extremo y quemarse, dando paso a la opuesta. A veces, este puede ser el resultado deseado. Pero considera que cuando uno se consume por la energía de la ira y la indignación, el resultado es el agotamiento y la necesidad de descansar. La naturaleza impone mecanismos de equilibrio para cuando no poseemos las habilidades o la conciencia para manejarlo nosotros mismos.
El aprendizaje del autocontrol está claramente expuesto en la expresión: “En silencio, observa el cambio”. El silencio es el estado adecuado para el aprendizaje, la observación es la clave de la comprensión y la satisfacción es el fruto de la aceptación. Cuando podamos ver la sabiduría del cambio, encontraremos satisfacción aceptando que esta sabiduría universal está más allá de nuestra comprensión.